Em La confianza, Albert J. Jowell diz que “la confianza es algo así como el aire que uno respira; sólo se hace palpable su necesidad en su ausencia o en situaciones de desconfianza”. E é a propósito deste livro que Miguel Ángel Santos Guerra (onde cheguei por indicação do Terrear) escreve um interessante texto sobre a confiança, algo que tem abalado as estruturas em Portugal, apesar de a crónica não ser sobre Portugal, mas sobre as relações humanas e sobre o que se passa no mundo.
Aqui deixo dois parágrafos, justamente o inicial e o final, ainda que pense que o artigo deve ser integralmente lido.
«Creo que estamos atravesando una crisis de confianza. No comprendemos el mundo en que vivimos. Hay una crisis y mil explicaciones de ella, pero ninguna es sencilla y, mucho menos, clara. El discurso político (del gobierno y de la oposición). no sintoniza con la realidad en la que estamos inmersos. Vivimos en la sociedad de la información, pero pocas veces hemos estado tan desinformados y tan poco sabedores de lo que es verdad y de que es mentira. La información se ha convertido en espectáculo. Se proponen modelos escasamente edificantes. El discurso moral se ha debilitado y las ideologías han perdido vigor. El individualismo se ha adueñado de la sociedad. Los telediarios están llenos de muertes, robos, corrupción, y violaciones. Todo eso daña la confianza. (…)
Pienso que “la oposición” debería llamarse “la alternativa” Porque de esa manera sus integrantes estarían invitados a decir qué es lo que ellos harían si estuvieran en el poder, en lugar de oponerse de forma sistemática, obsesiva y a veces ridícula a todo lo que hace el gobierno, aunque sea algo que beneficie a la ciudadanía.Para salir de esta crisis es preciso reactivar la confianza. En nosotros mismos, en los demás y en las instituciones.»
Pienso que “la oposición” debería llamarse “la alternativa” Porque de esa manera sus integrantes estarían invitados a decir qué es lo que ellos harían si estuvieran en el poder, en lugar de oponerse de forma sistemática, obsesiva y a veces ridícula a todo lo que hace el gobierno, aunque sea algo que beneficie a la ciudadanía.Para salir de esta crisis es preciso reactivar la confianza. En nosotros mismos, en los demás y en las instituciones.»
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